EL MUSEO CRISTÓBAL BALENCIAGA EN GETARIA, CUNA DE ELKANO Y DEL TXAKOLI
Cristóbal Balenciaga, el modisto de alta costura reconocido mundialmente, nació en Getaria. Juan Sebastián Elkano, el marino que completó la primera vuelta al mundo, también. En este pequeño pueblo costero, ahora rodeado de extensos viñedos de txakoli, se ha cocinado parte de la historia que conocemos. Algo tendrá Getaria que la hace tan especial.
¿Quién pensaría que este encantador pueblo pesquero de calle empedradas lleva siendo sido durante siglos cuna de la innovación? En la parte superior, un edificio con una fachada de impresionante aluminio negro da paso al museo dedicado al diseñador mundialmente conocido como Balenciaga. Hijo de arrantzale (pescador en euskera) y modista, desarrolló su talento a lo largo de décadas diseñando con gran innovación prendas alta costura para los personajes más ilustres de su época. Un estilo que nos cautiva a través de la atmósfera envolvente del hall y las diferentes estancias de este museo que alberga indumentaria, complementos y documentación sobre el modisto que son un auténtico tesoro tanto para seguidores del creador como para cualquier persona interesada por el diseño, la cultura y la moda.
Al otro lado de la carretera que corta el pueblo, una escultura de Juan Sebastián Elkano nos guía hacía la zona más pesquera y navegante de Getaria. Elijamos la calle que elijamos para bajar hacia el puerto, el olor a parrilla y el ambiente de los bares van potenciando todos nuestros sentidos y vamos visualizando aquellas épocas de balleneros, viajantes y tremenda actividad en el puerto, que nos encontraremos al final del camino. Allí, rederas siguen tejiendo las redes que utilizan los pesqueros que se enfrentan cara a cara al Mar Cantábrico, le miran a los ojos y no se amedrentan cuando se trata de conseguir la captura que luego llenará las parrillas y las brasas de los restaurantes de Getaria. Han pasado cientos de años, pero la esencia y las formas siguen siendo las mismas.
Por encima del pueblo, una alfombra verde cubre las colinas donde largas hectáreas se llenan de viñedos que producen la uva que da lugar al Txakoli, esta bebida también centenaria que se originó en estas tierras. Después de visitar el Museo Cristóbal Balenciaga, comer pescado a la parrilla y disfrutar de su playa, es momento de subir a cualquiera de las Txakolindegis (Bodegas de Txakoli) que hay en Getaria. Disfrutar de una cata en ese entorno natural y dejarse cautivar por la brisa mirando hacía la costa, con el “Ratón de Getaria” presidiendo la Bahía, es una experiencia de esas que nos reconcilia con la vida.
Información extraída de la web de turismo de la Diputación Foral de Gipuzkoa