CIUDAD AMURALLADA CON SABOR A MAR

En plena desembocadura del río Bidasoa, Hondarribia es una pequeña ciudad que conquista a cualquiera que se adentra en su casco histórico, pasea por su barrio de pesca-dores o recorre su interminable naturaleza. Situada en un enclave estratégico, con Francia en frente y las montañas al otro lado, Hondarribia mantiene viva su historia y su ambiente festivo allí donde pisamos.


Visitar el Casco Histórico de Hondarribia es algo imprescindible. Sobre sus calles adoquinadas se sostiene la ciudad amuralla mejor conservada de Gipuzkoa, donde miremos donde miremos vemos retazos de la localidad estratégica que fue. Sus murallas soportaron numerosos asedios a lo largo de siglos. Entrando desde la Puerta de Santa María, donde aún se conserva un bello arco con el escudo de la ciudad, subimos por la calle Mayor dejando a los lados pequeños comercios locales, alguna taberna, el Ayuntamiento de Hondarribia y la Iglesia gótica de Santa María de la Asunción y del Manzano. Mientras nos dejamos llevar, se abre antes nuestros ojos la Plaza de Armas, una explanada donde se organizaban recepciones al ejército, corridas de toros y otros festejos populares. Hoy en día, podemos tomar algo en alguna de sus terrazas y visitar el fantástico Parador de Hondarribia.

Saliendo de la zona amurallada, llegamos al barrio de la Marina y el centro neurálgico de la ciudad: la calle San Pedro. Aquí bajo las tradicionales casas de pescadores, pintadas como los barcos pesqueros de la localidad, son testigos del ambiente más animado de Hondarribia. Mientras paseamos podemos ir parando en algunos de los restaurantes y bares de pintxos más conocidos de la zona.

Porque la alta gastronomía es algo que define esta zona: restaurantes, pintxos, terrazas… ofrecen una gran diversidad de propuestas para disfrutar de su mejor cocina, de sus productos y, sobre todo, de su autenticidad. Y eso sin olvidar su aromático txakoli, resultado de sus viñedos de uva autóctona Hondarribi zuri y beltz, que atrae a enoturistas de y amantes de este vino de elaboración local.

Avanzando hacia el mar y la playa, nos acercamos a la partes más natural de Hondarribia: espacios naturales en los que pasear, realizar actividades físicas y de recreo, senderismo… Podemos subir hasta el monte Jaizkibel, visitar el faro de Higuer y seguir el sendero Talaia. O subir hasta el Santuario de la Virgen de Guadalupe, patrona de la ciudad, y disfrutar de una panorámica cautivadora de la la bahía.

Por último, hay una inevitable relación de Hondarribia con el mar. A través de sus arrantzales (pescadores) y hoy en día con las traineras, donde Hondarribia es un equipo de la élite deportiva, el Cantábrico está presente en numerosos planos de la vida en esta ciudad costera. Todo ello hace que podamos disfrutar de planes y experiencias como buceo, pádel surf, paseos en velero o catamarán, que nos harán disfrutar y ver este precioso enclave desde una perspectiva diferente y única.


Información extraída de la web de turismo de la Diputación Foral de Gipuzkoa